El municipio de Moraleja está situado en el cuadrante Noroeste de la provincia de Cáceres, al Norte del río Tajo y al Sur de la Sierra de Gata, del Sistema Central, a orilla de sus afluentes Árrago y Ribera de Gata, entre éstos y las primeras elevaciones de los términos de Cilleros y Perales del Puerto.
Presenta forma alargada, con orientación N.N.E.-S.S.O.; mide 23,5 Km. en su parte más larga y 12 Km. en la parte más ancha.
Es colindante con los términos municipales de Cilleros, Perales del Puerto, Gata, Huélaga, Casas de Don Gómez, Casillas de Coria y Zarza la Mayor.
El municipio se halla enclavado en una posición asimétrica de su término, en la parte más llana, junto a la Ribera de Gata y al lado de la carretera comarcal C-526, del Puente de Guandancil a Ciudad Rodrigo.
Se ubica en el centro del casco antiguo de Moraleja. De valor artístico destacan: La pequeña talla de la Virgen de los Desamparados del siglo XVI, el Píxide de plata del s. XVI, la talla de San Ramón Nonato de finales del siglo XVII y las pinturas del 1641 del pintor Pablo Lázaro: Descendimiento, Ecce Homo y Jesús con la cruz a cuestas.
Se ubica en el centro del casco antiguo de Moraleja. De valor artístico destacan: La pequeña talla de la Virgen de los Desamparados del siglo XVI, el Píxide de plata del s. XVI, la talla de San Ramón Nonato de finales del siglo XVII y las pinturas del 1641 del pintor Pablo Lázaro: Descendimiento, Ecce Homo y Jesús con la cruz a cuestas.
No hay información escrita de su construcción, aunque aparece siempre en toda la documentación cartográfica y literaria que hemos podido manejar desde el s. XVIII.
Lo más característico es su considerable longitud. En total son 14 arcos de diferente envergadura y tipología. Es igualmente significativa su anchura actual que es el resultado de la ampliación al construir sendos voladizos a los lados, y aún así resulta estrecho.
El poco ancho de la calzada y la existencia del arco principal a mayor altura, creando doble rampa, hace pensar que se trate de un puente medieval, aunque la fábrica conservada hasta nuestros días, con todos sus arcos de medio punto, menos los tres primeros del lado occidental que son rebajados, sugieren una datación en el siglo XVI, posiblemente en sustitución o ampliación de alguna construcción anterior.
En ella se concentran la condición de representación o sede administrativa de un territorio jurisdiccional determinado.
Una de las funciones de esta y otras Casas de encomienda era la de servir de centro recaudador y depósito de tributos. Como tal edificio donde se acumulaba y guardaba dinero, debía estar bien fortificado y defendido, por lo que no se dejaba de reparar sus muros y mejorar sus defensas.
En la actualidad el edificio está bastante deteriorado, aunque en su parte alta todavía existen algunos aposentos y salones bien conservados, testimonio de la antigua nobleza del inmueble, no en balde en esta Casa se alojó Felipe V cuando en 1603 el monarca visita Moraleja y al numeroso ejército dispuesto al otro lado del río, con ocasión de la Guerra de Sucesión contra Portugal.
Es el testimonio monumental del privilegio ostentado por la Villa de Moraleja para administrar justicia. Se halla emplazado a las afueras de la población, como era costumbre desde la Edad Media, tras salvar el puente de la Rivera de Gata. Manifestaba el derecho de Moraleja para ejercer justicia.
En el escudo que tiene parecen identificarse cuatro cuarteles que contienen las armas de Castilla y Aragón, además de la granada situada en la barba, rematándose en lo alto con la corona real, mientras que en los lados las garras del águila de San Juan lo sostienen.
Es un espacio natural que constituye uno de los corredores de agua naturales más importantes de Extremadura.
Este ecosistema alberga una vegetación y una fauna típicamente mediterránea. Se accede a 3 km de Moraleja tomando la Ex108 dirección Zarza la Mayor.
Destacan su antiguo molino y el puente, a través del cual puedes adentrarte en un impresionante paisaje y continuar el recorrido del río para admirar las vistas sobre los distintos saltos de agua que se crean.
El primer domingo de Mayo de cada año, la cofradía de la Virgen de la Vega realiza una misa. con procesión rodeando la ermita. Tras la misma los fieles disfrutan de una romería en la dehesa que rodea a la ermita.
Situada en pleno centro urbano da culto a la Virgen de las Angustias. En semana santa la cofradía de la misma saca en procesión a la virgen junto al Cristo del Humilladero por las calles del municipio
Según el padrón de habitantes, Moraleja cuenta con una población de 6912 habitantes. Hasta 2009, Vegaviana formaba parte de este municipio llegando a alcanzar los 8086 habitantes. En la actualidad, Moraleja es el octavo municipio más poblado de la provincia de Cáceres y el más importante de la Sierra de Gata, mancomunidad de la cual es centro comercial.
Los primeros vestigios aparecidos por la zona corresponden al Paleolítico inferior. En la Edad de Bronce aparece ya una importante actividad ya que han aparecido estelas o losas de piedra donde se hacían grabaciones. A finales del último milenio antes de Cristo, se desarrolla la industria metalúrgica de bronce y oro. Se confirma la existencia de un importante flujo humano en las zonas próximas a Moraleja, sobre todo siguiendo el curso del río Alagón.
Con la construcción de la carretera de Moraleja a Zarza, se encontraron restos de un asentamiento romano, cercano al río Árrago, que es la villa romana El Ladrillar, encontrándose diversos materiales, entre los que está una hidra o tinaja para el agua, que se encuentra en el Museo Histórico Provincial de Cáceres. También se han encontrado en el mismo sitio restos de una instalación termal.
Vetones y lusitanos se distribuían el territorio en tiempos prerromanos, no se sabe muy bien los ámbitos territoriales de ambas etnias, aunque parece que en la Sierra de Gata los lusitanos ocuparían la zona occidental, mientras que los vetones estarían en la parte oriental. Ambos pueblos ofrecieron gran resistencia a la penetración romana, cesando tras el asesinato de Viriato (139 a.C.), época en la que las tierras se suman al proceso.
En tiempos de Augusto, con la división administrativa de la Hispania Ulterior, la comarca de Moraleja se incluye en la provincia de Lusitania, y más concretamente en el Conventus Emeritensis, destacando en el área de la Sierra de Gata las ciudades de Mirobriga (Ciudad Rodrigo), Caurium (Coria), Capera (Caparra). Precisamente Coria, vecina de Moraleja, ofrece monumentos tan singulares como su magnífica muralla romana, así como un buen número de inscripciones funerarias y algunos restos escultóricos. Si bien Moraleja no conserva restos romanos de carácter monumental, al menos existen algunos testimonios epigráficos que informan de un cierto grado de actividad en época romana, aunque no podemos saber si se trata de un núcleo con vitalidad propia o bien correspondiente al área de expansión de la ciudad romana de Coria.
Así podemos ver cómo en la época romana la zona de Moraleja experimente un progresivo poblamiento, con asientos estables, al menos en el ámbito rural, determinado posiblemente por la explotación agrícola de su tierra. Además, hemos de tener en cuenta que posiblemente por las inmediaciones del asentamiento actual de Moraleja transcurriría la calzada romana que iba desde Alconétar hasta Caurium y desde allí, atravesando la Sierra hasta Mirobriga. Esta calzada es más conocida en su etapa medieval, identificándose entonces con el nombre de vía Dalmacia.
En la Edad Media con la muerte de Alfonso VII, su reino se reparte entre sus hijos Sancho y Fernando; Castilla será gobernada por Sancho III, mientras que León, reino en el que se integra esta comarca, lo será por Fernando II.
En nuevo rey leonés cuenta con un territorio que se extiende desde Galicia hasta el río Tajo. En su área más meridional, la zona comprendida entre la Sierra de Gata y el citado río Tajo, denominada la Transierra.
Posteriormente los almohades volverían a tomar casi toda la Transierra y bajo el mandato de Abu Yacub Yusuf en el último tercio del siglo XII caen en su poder Alcántara, el Castillo de Milana y otras fortalezas de la Sierra de Gata, hasta su reconquista definitiva por Alfonso IX a comienzos del siglo XIII.
En este ambiente histórico de Reconquista hay que situar el entorno geográfico de Moraleja, cuya tierra lógicamente se vería inmersa en estos conflictos y andanzas bélicas. Sin embargo, el antecedente de lo que hoy es Moraleja lo encontramos unos kilómetros más al sur, en el enclave ya citado de Milana.
El Catastro de Ensenada fechado en 1753, describe el tipo y dedicación de las tierras, hortalizas en el regadío, en el secano cereales, viñas, olivos, pastos para el ganado y monte alto y bajo…Destaca la producción de aceite con varios molinos para su elaboración todos ellos situados en la Ribera de Gata. Por aquel entonces Moraleja contaba con 140 viviendas de las que 10 estaban cerradas por “falta de moradores”. En 1791 contaba con 170 vecinos, de los que 110 eran jornaleros, 50 labradores, 2 zapateros, 2 sastres, 2 carpinteros y 1 herrero. En 1847 tenía 250 casas (en torno a 1200-1500 habitantes), se menciona ya la existencia de huertas y encinares, abundante cereal (centeno, trigo y cebada), aceite, vino, legumbres y una fábrica de jabón duro, 5 molinos para el aceite y 2 más para los cereales.
El núcleo de población se asienta sobre una extensión aproximada de 80 Has. Aparte del núcleo de población, sobre el que se asienta el municipio, existen otros como Vegaviana, La Mata, Las Porciones, La Quinta, Rozacorderos, Las Cañadas, Malladas, Las Pedrizas, Santamaría y Monteviejo. Destaca de todos ellos Vegaviana con 1100 habitantes y un casco urbano de 22 Has.
El núcleo originario de Moraleja es el resultado de la infiltración de tejido urbano en las tierras de labor, consolidándose paulatinamente con una fisonomía formal muy próxima a los círculos concéntricos en torno a la Iglesia Parroquial. Posteriormente, mediante intervención catastral, se modifica este proceso natural. La Barriada de Las Eras nace como consecuencia de una intervención oficial encaminada a reparar el problema social planteado por la escasez de viviendas para los obreros. La expansión más reciente se viene produciendo a lo largo de la carretera C-526 y CC-214, por ser estas las vías más importantes de acceso y penetración al núcleo.
Tiene una extensión de 14.600 Has., de las cuales 8.500 son de regadío, con aguas de los pantanos del Borbollón y el del río Ribera de Gata. Dista 85 Km. De la capital de la provincia (Cáceres). Su término municipal se sitúa entre el piedemonte del Sistema Central al Norte y la Sierra de la Garrapata al Sur; es fundamentalmente llano, se encuentra bañado por los ríos Árrago y la Ribera de Gata. También cuenta con una densa red de arroyos subsidiarios. Sus recursos hidrológicos se complementan con una red de canales de riego procedentes de los embalses antes citados. El pueblo de Moraleja sufre, en el año 1954, la transformación más importante de sus campos; se inaugura el pantano del Borbollón que convierte gran cantidad de tierras de secano en regadío, triplicando sus ingresos económicos. Cuando dan comienzo las obras de dicho pantano, Moraleja ve que sus plazas y calles se van poblando con gentes venidas de muy distintos lugares que le dan un sabor cosmopolita, desconocido hasta entonces. El nivel de vida se eleva y muchas familias solucionan su economía con trabajos que les han permitido vivir en la localidad, olvidándose de la emigración. Los productos que se recogen en los terrenos de regadío son maíz, tabaco, tomates, pepinillos, algodón, pimientos, judías, melones y productos de huerta y frutales.
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